La realidad es que muchas mujeres siguen dejando que los hombres jueguen con su mente, les hagan sentir que no son suficientes y les roben la dignidad. Te hacen creer que no eres valiosa, que necesitas su aprobación, que no mereces más que lo que ellos te dan. Cada palabra, cada gesto, cada manipulación, te va dejando más vacía.

Es el dolor de sentirte usada, la angustia de ser tratada como una opción, la frustración de esperar un respeto que nunca llega. Es ese vacío que sientes cuando te das cuenta que te están ignorando, pisoteando y utilizando. Todo por tratar de complacer a alguien que nunca te verá como eres: una mujer completa, fuerte y capaz.